La Rose à Poudrer de Lancôme muestra una “rosa” en la que cada pétalo de polvo está infundido con unos efectos nacarados tan brillantes como sutiles.
Este estuche-joya está adornado con las mismas curvas retro de los polvos compactos de los años 50.
Para extraer la cantidad exacta de iluminador en un simple gesto, se ha diseñado el aplicador Parisian Kabuki.