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Análisis de la sostenibilidad de los envases plásticos frente a otros materiales Luis Cediel, director general de ANAIP Desde ANAIP defendemos que las decisiones sobre el tipo de material que utilizar para envasar productos debe basarse en el análisis del ciclo de vida: desde la selección de las materias primas hasta su fin de vida Los plásticos, especialmente los envases, están en el punto de mira del debate ambiental. Se están aprobando normativas que buscan reducir la generación de residuos procedentes de envases y fomentar la reutilización y la reciclabilidad. Pero, en muchas ocasiones, se está promoviendo el cambio de unos materiales por otros no sujetos a restricciones sin tener en cuenta el análisis completo del ciclo de vida. Desde el sector de los plásticos y desde ANAIP estamos convencidos de que los envases de plástico no solo son los que están sometidos a más controles para garantizar la seguridad de los consumidores, sino que son también los más sostenibles si comparamos datos de ciclo de vida. Plástico vs. cartón Es cierto que, en nombre de la sostenibilidad, hay marcas que están sustituyendo los envases de plástico por otros de cartón. Esta solución puede funcionar para algunos productos, pero casi nunca para alimentos. Los vasos que nos ofrecen en cafeterías o los envases que nos dan en algunos establecimientos de hostelería no son solo de cartón porque no serían impermeables y no cumplirían con los requerimientos de la normativa de contacto alimentario. Estos envases casi siempre llevan algún tipo de recubrimiento con film de plástico, lo que dificulta sobremanera su reciclaje, mientras que un envase fabricado solo con un tipo de plástico (los que llamamos monomaterial) es muy sencillo de reciclar. Ocurre lo mismo con los bricks, que ahora se presentan como una opción más sostenible para vender agua embotellada. El reciclaje de este tipo de envases multimaterial, que combina plástico, aluminio y cartón, es muy complejo. Separarlo todo y reciclarlo por partes es muy costoso. Aun así, hay empresas recicladoras que están empezando a separar el aluminio y el plástico del cartón y fabricando granza de polietileno con una pequeña parte de aluminio: este nuevo material se llama polialuminio y sirve para fabricar productos como maceteros o productos para construcción, pero no para contacto con alimentos. El Comité de Normalización de UNE 53 de Plásticos está trabajando en la elaboración de una norma que establezca métodos de ensayo y fije criterios como la cantidad máxima de aluminio que puede tener esta granza. Frente a este proceso tan complicado y costoso, una botella de agua de PET puede recogerse, gestionarse y convertirse en materia prima reciclada con la que fabricar nuevas botellas con 100% de PET reciclado. En El Blog de los Plásticos de ANAIP, con motivo del día mundial del reciclaje, publicamos un post explicando la gestión de una botella de PET desde que se desecha hasta que se convierte en materia prima reciclada con la que fabricar una nueva. Vidrio y otros materiales El vidrio es quizá el material que mejor lo ha hecho en términos de comunicación e imagen. Está totalmente asentado en el imaginario social que es un material limpio y sostenible. Y es verdad que en España tenemos un circuito muy bueno de recogida y tratamiento de envases de vidrio, pero ¿a qué coste? ¿ofrece mejores resultados en análisis de ciclo de vida que las botellas de plástico? El vidrio funde una temperatura de entre 1.400 y 1.600 grados centígrados. El plástico, entre 100 y 260. Imaginad la diferencia en el consumo de energía del proceso de fabricación y reciclado de las botellas de vidrio frente a las de plástico. También la diferencia en peso y en la cantidad de combustible que hace falta para transportar un contenedor de botellas de vidrio frente a otro de botellas de plástico. Y el coste del transporte y del tratamiento de las mismas botellas al final de su vida útil. Y no queremos dejar pasar la oportunidad de incluir un último material en esta comparativa: la tela, que se ha puesto muy de moda para bolsas. Pero si analizamos los datos con rigor, hace falta utilizar muchísimas veces una bolsa de tela para que su impacto ambiental iguale al de las bolsas de plástico reutilizables. Uno de los estudios más conocidos sobre el ciclo de vida de las bolsas es el que publicó en 2018 el Ministerio Danés de Medio Ambiente. Los investigadores estimaron cuántos usos de una bolsa de papel o de tela son necesarios para igualar el «impacto medioambiental acumulado» (emisiones, gasto de agua o gasto de energía) de las de plástico. En el caso de las de polipropileno son necesarios 35 usos, 84 si se trata de bolsas de tereftalato de polietileno reciclado, 35 si son de poliéster, 43 usos si son de papel, 7.000 usos para las de algodón convencional y 20.000 usos si son de algodón orgánico (fabricado sin pesticidas ni fertilizantes químicos). Sostenibilidad real frente a percibida Con estos datos, podemos afirmar que muchas soluciones que se presentan como más ecológicas tienen en realidad un impacto ambiental más alto si se analizan con rigor y si aplicamos el análisis de ciclo de vida. Por eso, creemos que la solución no pasa por sustituir los envases plásticos por otros, sino utilizarlos de forma responsable, aplicar el ecodiseño para producir envases reutilizables, ligeros y fáciles de reciclar y comunicar de forma transparente a los consumidores para que puedan tomar decisiones conscientes e informadas. El sello «Industria 34TEMA CENTRAL I MAIN TOPIC

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