Con sus nuevos postres (flanes y helados), Danone quería romper con los códigos cásicos para acercarse a un consumidor nuevo y más moderno. Así, Morillas propuso un aspecto moderno y contundente que contrasta con los productos de la competencia. Crearon una marca con una composición icónica moderna, encapsulada en un rombo que le da elegancia y sutileza.
Un nuevo lenguaje que se genera a través de un patrón geométrico en blanco y negro, que proporciona simplicidad y modernidad, en contraste con códigos de color vibrantes que ayudan a distinguir mejor todas las variedades.