El frasco de Gentleman Givenchy es digno del gentleman contemporáneo, es como el smoking que se lleva de manera actual y cool, sin pajarita, pero con estilo. Aunque se reconoce la elegancia del frasco de 1975, sus líneas depuradas y el peso del vidrio, los detalles marcan la diferencia y sellan la modernidad de esta nueva versión. El tapón adopta un lacado negro brillante. Una cinta negra rodea este frasco lleno de contrastes.
El carácter clásico de la lavanda se transforma con la nobleza del iris, que constituye el corazón de esta fragancia firmada por los perfumistas Nathalie Lorson y Olivier Cresp. Imprime a la composición su aspecto empolvado sofisticado, sobre todo, cuando se combina con una pera suave y dulce. En contraste, en un guiño a la edición original de 1975, un acorde de pachuli y de cuero estructura esta fragancia amaderada floral helecho.
