Este vino es un homenaje al olmo, que ha sido un símbolo para el territorio y un puntal de la viña.
El olmo es punto de encuentro y la sombra que cobija conversaciones. Un árbol especial y único como la arquitectura asimétrica de sus hojas, en las que Atipus se inspiró para el diseño de las etiquetas. Creatividad: Mariano Fiore.
